sábado, 10 de mayo de 2008

Las crónicas marcianas del Tinto


Juan Diego Morales , Odiel Información


¿Estuvo Ray Bardbury asomado a las aguas del río Tinto antes de describir Marte y sus circunstancias en una de las novelas de ciencia ficción más líricas jamás escritas? No sé. Pero si hubiera tenido ‘Río Tinto...Viaje a Marte’, seguro que más belleza le hubiera alumbrado aún. Porque tener uno de los 900 ejemplares de la obra ideada y perpetrada por el científico Ricardo Amils Pibernat, responsable de los textos técnicos; el fotógrafo Julio Segura Carmona, ‘culpable’ de las monumentales imágenes, y Rafael Moreno Domínguez, periodista, escritor y responsable de la dirección editorial, es todo un lujo y un privilegio.
Una edición que se ha convertido ya en objeto de veneración coleccionista, pese a sus escasos meses de publicación y con la que ya cuentan hasta en la NASA.
La obra sigue para corroborar lo que tantos sospechábamos: que el río Tinto es un río impresionista, que hay que dibujar bajo diferentes prismas temporales y luminosos, para poder captar sus mil rostros evidentes. Así lo ha hecho con sus fotografía Segura. Sin olvidar que debajo está también Marte.
El cauce que transita desde Nerva al Atlántico ‘huelvano’ es lo más parecido, aseguran los científicos, al planeta que los humanos colonizamos y destruimos en el lírico relato de Ray Bradbury ‘Crónicas Marcianas’. Las extremas condiciones que ha impuesto a la vida microscópica que resiste en sus limos y en sus rocas, servirán para desvelar cómo es Marte, cómo puede que fuera, y dejar esa gran incógnita: el estado actual tanto del planeta y como del río rojo ¿es el principio o el fin? De momento, es campo de experimentación para ‘tutear’ al origen de la Vida. Porque la curiosidad humana, que no haya límites, permite al mismo ritmo esta obra concebida, según Moreno, con un objetivo "divulgativo" y para llevar al gran público "los grandes misterios de la vida que tiene el Tinto".

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