martes, 24 de junio de 2008

La cuenca minera de Río Tinto tomada por el Ejército


A las dos de la anterior madrugada, las tropas del ejercito, Falange y Requetés, formando tres columnas han tomado la Cuenca minera de Nerva y Riotinto.

Una de las columnas iban mandadas por el jefe de los Requetés, comandante don Luis Redondo; otra , al mando del comandante señor Alvarez Rementería, y la tercera columna procedía de Huelva, mandada por el capitán de la Guardia Civil, señor Morillo.
La columna del comandante Redondo después de tomar Campofrío, se dirigió desde aquí hasta Río Tinto, realizando una actividad brillantísima y de admirable precisión.

La columna de Huelva, que ayer tomó Zalamea la Real y Salvochea, venció en su avance hacia Riotinto, valientemente, las resistencias que se le ofrecieron, hasta la lograr la conjunción con la columna de Redondo. En cuanto a las fuerzas mandadas por Álvarez Rementería, que ayer tomaron los Álamos y Juan Antón, avanzaron para posesionarse del Madroño.

Ante una presión tan formidable, y con objetivos precisos tan certeramente logrados, a las dos de la madrugada, como anteriormente decimos, se rindió la cuenca de Río Tinto, enarbolando bandera blanca los mineros que hacían resistencia, y entregándose a las tropas nacionalistas.

Tanto el Ejército, como Falange y Requetés, han demostrado en estas difíciles operaciones una admirable disciplina y un valor y heroísmo digno de los mayores elogios. La toma de Río Tinto constituye, por su importancia, uno de los hechos más destacados en esta nueva reconquista de España.

La toma de Zalamea

La toma de Zalamea la Real ha constituido un episodio de importancia. Después de tomar el Cortijo de Gardón y los molinos de Las Peñitas y de La Vega, la columna siguió hacia Zalamea, habiéndose incautado antes de varias escopetas que poseían algunos campesinos de los mencionados lugares, y otras armas, que fueron traídas al Castillo de las Guardas con sus poseedores.

En Zalamea, los milicianos marxistas hicieron resistencia. En la torre de la Iglesia y en otras viviendas habían colocado ametralladoras, y emplearon también granadas de mano…

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