Algun@s amig@s andaban extrañados por mi “desaparición” en Internet durante este tiempo. Ya algunos lo saben, y si no lo saben, lo digo ahora, tras unos días de descanso, me pille( aún estoy en ello ) unos días por un asunto de salud familiar; pero vamos, que no es nada grave ni que deba preocupar a quienes me honran con su amistad. Ya todo está volviendo a la “loca normalidad”. ¿Todo?, Bueno, hay cosa que no están donde deberían estar, y me explico a continuación; no sin decirte, pedirte o aconsejarte que mientras leas escuches este tema, pues es lo que yo oigo mientras escribo.
Aunque estaba avisado de que iba a ocurrir, no lo esperaba, o no creía que ocurriese…
Hoy, tras algún tiempo sin ir a disfrutar de su cálida sombra, de su fresco aire que me llevaba a conocer lo que nadie debiera olvida y a recordar lo que otros aún no conocen, veo con tristeza que ya no está…
La luz que emergía de sus vidrieras no se refleja en la tierra colorá que alimentaba sus raíces. Han desaparecido sus grandes puertas, que no eran pesadas, a pesar de su tamaño…
Hoy me subo a lo más alto de mi Atico, y escudriño el ciberespacio por si algún reflejo queda de aquel sitio que tanta luz me dio; pero por más que miro no lo intuyo, no lo veo…
Solo me queda la alegría de haber podido pasear por las amplias estancias que cada día fui descubriendo en su interior, y que quizás me ayudaron a comprender algo más de esta bendita tierra “colorá” que horadaran mis antepasados con el pretexto de vivir. ¡ Qué menos que conocer algo más de ella, tras lo mucho que nos dio!, pero hoy no podre recordar lo aprendido, o disfrutar como el anciano que vuelve a leer las amarillentas hojas de aquel libro que cien veces leyó de niño. Y ante su ausencia surge la implacable pregunta: “¿Pude hacer más para que no desapareciera?”… Pues no lo sé, quizás sí…
La canción que creo estas oyendo dice:
Adiós mis amigos, tal vez sea por siempre
Adiós mis amigos, las estrellas me esperan
Quién sabe cuando nos volveremos a ver
Si alguna vez
Pero el tiempo
Sigue fluyendo como un río (más y más)
Hacia el mar, hacia el mar…
No sé si la volveremos a ver en todo su esplendor, si sé que aunque no esté donde siempre, tengo sus grandes puertas abiertas; no sé porque entre tod@s no fuimos capaces de “cuidarla” más, si se que no me extraña ni me pilla de susto.
No sé si sabes a lo que me estoy refiriendo, si sé que te sonreirás cuando lo sepas…
Hoy, desde lo más alto de mi Atico, escudriño el cibercielo, buscando el rojo camino polvoriento que me llevaba a las grandes puertas de LA CATEDRAL DE LOS ESFUERZOS, pero no encuentro su rastro… y en su lugar solo un frio anuncio:
Aunque estaba avisado de que iba a ocurrir, no lo esperaba, o no creía que ocurriese…
Hoy, tras algún tiempo sin ir a disfrutar de su cálida sombra, de su fresco aire que me llevaba a conocer lo que nadie debiera olvida y a recordar lo que otros aún no conocen, veo con tristeza que ya no está…
La luz que emergía de sus vidrieras no se refleja en la tierra colorá que alimentaba sus raíces. Han desaparecido sus grandes puertas, que no eran pesadas, a pesar de su tamaño…
Hoy me subo a lo más alto de mi Atico, y escudriño el ciberespacio por si algún reflejo queda de aquel sitio que tanta luz me dio; pero por más que miro no lo intuyo, no lo veo…
Solo me queda la alegría de haber podido pasear por las amplias estancias que cada día fui descubriendo en su interior, y que quizás me ayudaron a comprender algo más de esta bendita tierra “colorá” que horadaran mis antepasados con el pretexto de vivir. ¡ Qué menos que conocer algo más de ella, tras lo mucho que nos dio!, pero hoy no podre recordar lo aprendido, o disfrutar como el anciano que vuelve a leer las amarillentas hojas de aquel libro que cien veces leyó de niño. Y ante su ausencia surge la implacable pregunta: “¿Pude hacer más para que no desapareciera?”… Pues no lo sé, quizás sí…
La canción que creo estas oyendo dice:
Adiós mis amigos, tal vez sea por siempre
Adiós mis amigos, las estrellas me esperan
Quién sabe cuando nos volveremos a ver
Si alguna vez
Pero el tiempo
Sigue fluyendo como un río (más y más)
Hacia el mar, hacia el mar…
No sé si la volveremos a ver en todo su esplendor, si sé que aunque no esté donde siempre, tengo sus grandes puertas abiertas; no sé porque entre tod@s no fuimos capaces de “cuidarla” más, si se que no me extraña ni me pilla de susto.
No sé si sabes a lo que me estoy refiriendo, si sé que te sonreirás cuando lo sepas…
Hoy, desde lo más alto de mi Atico, escudriño el cibercielo, buscando el rojo camino polvoriento que me llevaba a las grandes puertas de LA CATEDRAL DE LOS ESFUERZOS, pero no encuentro su rastro… y en su lugar solo un frio anuncio:
De nuevo, hoy, al recordar aquellos muros que fueron construyendo La Catedral de los Esfuerzos, tengo que volver a darte las gracias, amigo Pepe, por haberme permitido descubrir parte de la historia de este pueblo nuestro que tanto te duele... Y como dice la canción: "Quién sabe cuando nos volveremos a ver...Si alguna vez..."
Saludos.
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