miércoles, 12 de octubre de 2011

"EN EL REFUGIO LOS 33"... UN AÑO DESPUES.


Hace un año, Chile vivió uno de los episodios más impactantes de su historia reciente con el rescate de los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad, en pleno desierto de Atacama. Pero poco y nada queda de la euforia y la emotividad de ese septiembre. Mientras en la sociedad chilena se imponen conflictos sociales más convocantes, como la revuelta estudiantil por una educación gratuita, los mineros se enfrentan a espinosas situaciones personales y familiares, y no terminan de recuperarse de la traumática experiencia.
José Ojeda, aquel que escribió el papelito “Estamos bien en el refugio los 33”, en el cual daba fe de que se encontraban con vida, volvió a ser noticia con un nuevo y revelador mensaje: “No estamos bien los 33” . Esta frase, al cumplirse un año del rescate tras el accidente en la minera de cobre San José en Copiapó, hace referencia a los problemas que tienen que enfrentar algunos de los mineros.

El propio Ojeda sufrió una grave diabetes. Pero no es el único. Mario Gómez, quien trabajó por más de medio siglo en yacimientos mineros, está enfermo de silicosis. El menor del grupo, Jimmy Sánchez, sufre las secuelas de lo ocurrido: pese al largo tratamiento psicológico que se le brindó, aún no puede conciliar el sueño.
Alberto Iturra, jefe del equipo de psicólogos que participó en el rescate de los trabajadores, explicó que los mineros “han tenido que vivir una realidad dinámica, muy cambiante, muy distinta para cada uno de ellos”.”La gente aún no comprende qué significa estar en riesgo de muerte durante dos meses y medio. El costo físico, emocional, espiritual y social que esto deja. Quien no estuvo ahí no entiende y no lo va a entender tampoco”, señaló. Y agregó: “Muchos de ellos no logran completar su adaptación a la vida familiar, a la vida laboral . Llevan un año sin poder reintegrarse a una actividad laboral productiva”.
Según Osmán Araya, otro de los mineros, varios de sus compañeros “cambiaron mucho”.
“Cinco o seis fueron los únicos que ganaron plata” , afirma. Del grupo, 15 están desempleados. De los que consiguieron trabajo, cuatro tuvieron que volver a una minería.

VER HISTORIAL DE LOS ACONTECIMIENTOS: (Editado por DIARIO DE YUCATAN)


EDITADO EN PERFIL.COM: La dura vida de los mineros chilenos, a un año del rescate

José Ojeda, el séptimo minero rescatado, sufre un cuadro de diabetes. Mario Gómez, quien escribió el famoso mensaje "Estamos bien los 33", está enfermo de silicosis, una enfermedad pulmonar, al igual que Yonny Barrios.
Además, 13 de los mineros no pueden conciliar el sueño y sigue con licencia médica. El mayor trauma, según los psicólogos, es no poder dormir nunca con la luz apagada. El recuerdo de la oscuridad, y en especial de los primeros 17 días en los que no sabían si alguien los buscaba afuera mientras las reservan se acababan, es una experiencia difícil de superar.

De los 33, hay 15 que están están desempleados. Y de los que consiguieron trabajo, cuatro tuvieron que volver a una minería. Otros se dedican a dar charlas motivacionales por el mundo.
Luis Urzúa, el jefe de turno cuando ocurrió el derrumbe, es uno de los que dicta charlas motivacionales, junto a otros cuatro mineros, haciendo hincapié en la seguridad.
El que más explotó ese rubro fue Mario Sepúlveda, el segundo de los mineros en regresar a la superficie, que montó una empresa junto a su mujer.
En contrapartida, Osman Araya y Darío Segovia se dedican hoy a vender frutas y verduras, mientras que Pablo Rojas, Claudio Acuña, Florencio Ávalos y Víctor Segovia, ya volvieron al trabajo minero.

El ex futbolista Franklin Lobos quedó a cargo de las divisiones inferiores de Deportes Copiapó, mientras que el boliviano Carlos Mamani continúa en la misma miseria que antes del cautiverio.
Mientras el mundo sigue aclamando a estos hombres, en Chile la crisis se hace sentir incluso para estos "héroes nacionales". Y a pesar de las internas, ellos declararon que sacarán un libro donde contarán todos los secretos que nunca se revelaron de esos 70 días bajo la tierra.

Documental de la BBC y TVN




La inconfundible voz de Amaro Gómez-Pablos comienza a narrar paso a paso cómo fue el 5 de agosto del año pasado en la mina San José. Su relato se mezcla con la imagen de un camión recorriendo túneles hasta que Mario Sepúlveda interviene con ímpetu. “Estacioné y cuando me saqué los tapones de los oídos, escuché una explosión como si estuviera en una guerra”.
Así parte “17 días enterrados vivos”, el documental producido por la cadena británica BBC junto con TVN, que cuenta los primeros días de los 33 mineros a 700 metros de profundidad.
Por primera vez, seis de los atrapados rompen el silencio de lo que pasó esos 17 días sin saber si estaban vivos o muertos. Cuentan las conversaciones, las maniobras para hacer ruidos, las alucinaciones, los quiebres en el grupo y cómo cambiaban los valores.
Samuel Ávalos, el minero comerciante que llevaba un par de meses en la mina, revela cómo casi provoca una guerra.
“Comíamos una cucharada de atún cada dos días. En un momento alguien abrió la caja de los medicamentos y vi una bolsa de suero… uh… Yo me robé el suero… oh… Malo lo que hice, o bueno para algunos”, dice entre risas.
Víctor Zamora cuenta que el episodio fue tenso. “Todo se estaba repartiendo equitativamente, y que de repente se empezaran a desaparecer las cosas fue una situación complicada, pero terminó primando la democracia”.
“Suero, suero, suero ¡oh! Me quedó dando vuelta puro suero… malo, malo”, concluye Ávalos.
“El problema que tengo yo es que todavía no salgo de la mina, sigo abajo. Me gustaría ser millonario para darle todo al compadre bien avariento, pero que me devuelva lo que yo era”, es la última reflexión de Víctor Zamora.

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