viernes, 6 de julio de 2012

Jesús Maeso y El Libi recorren el anecdotario del Cádiz de 1812

EDITADO EN DIARIODECADIZ.ES

¿Qué hace la espada del general Churruca en el paragüero de un matrimonio inglés?, ¿sabían que el edificio Valcárcel fue vaciado, durante su condición de hospicio, para albergar un baile fastuoso en honor de Wellington?, ¿que las noticias están "calientes" porque los periódicos se colocaban encima de la chimenea en el gaditano café Apolo? De anécdotas como estas se han nutrido Jesús Maeso y Emilio Gutiérrez Cruz, 'El Libi', para ilustrar Historias de La Pepa a derecho y al revés (Quorum Editores): un libro escrito a cuatro manos en el que Maeso se dedica a contarnos la versión oficial de la historia y El Libi la "gaditaniza", adobándola de humor absurdo.

Una colaboración en la que, "como ocurre en El Quijote -explica Jesús Maeso-, al principio los papeles parecen perfectamente claros y, al final, terminan confundiéndose, y ya no sabes quién es el loco y quién es el cuerdo".



"En realidad, el origen del libro está en que me sobró un montón de material al escribir En una tierra libre, y me daba pena que se desperdiciara -explica el autor-. Pero mi misión aquí ha sido casi la de compilador. El verdadero trabajo creativo lo ha hecho El Libi, que se ha dedicado a inventar escenas surrealistas a partir de las anécdotas, como la conversación entre Napoleón y el mariscal Soult".

Para Maeso la gracia gaditana es una especie de "ángel irónico y lúdico que va flotando por todas partes. Fernando Quiñones -añade- decía que el gaditano siempre está actuando, pero que se ríe de él mismo y de la ciudad".

No obstante, a pesar de estar construida a partir de guiños, tanto la selección de historias como la estructura del libro o el análisis de los hechos transmiten dos mensajes claros: la crítica contra los poderes establecidos, pasados y actuales; y el empeño en derribar el mito de que los gaditanos abrazaron con fuerza los principios constitucionales y de que Cádiz era una ciudad eminentemente liberal.

"No todo fue una fanfarria de grandes proclamaciones -explica Maeso-. Muchos de los habitantes de Cádiz no tenían ni idea de lo que estaba ocurriendo aunque sí que eran pasmados testigos, por supuesto, de la presencia de todo tipo de gentes y muchos pudieran contagiarse de nuevas ideas... Pero la Constitución de Cádiz no fue aceptada por casi nadie. De hecho, estaba arropada por un grupúsculo tan pequeño que una vez regresó Fernando VII, todo este afán regenerador fue aplastado. En este país siempre ha existido debilidad por los privilegios, y Cádiz no ha sido una excepción".

"Me preguntan mucho por qué, siendo Cádiz una ciudad tan liberal, sucumbió enseguida a la llegada de Fernando VII -prosigue Maeso-. Pero es que Cádiz puede tener fama de liberal, pero tiene rasgos muy reaccionarios. Lo vemos en detalles como que la tertulia de Frasquita Larrea, de corte conservador, tuviera más predicamento que la de Margarita López de Morla. O ya más tarde, cuando el levantamiento de la Guerra Civil, que la ciudad se pusiera enseguida a favor de los sublevados".

"Las Cortes de Cádiz fueron más un drama y una tragedia que un júbilo gigantesco", se nos cuenta en las páginas del libro. Una realidad que tiende a pasar desapercibida y que Jesús Maeso ya se encargó de subrayar tanto en En una tierra libre, su novela sobre los hechos del Doce, como en La perla de Manila, título con el contribuyó a la colección 'Cuadernos de Cronión' y en el que recrea la esclavitud en tiempos de la proclamación doceañista a través de la visión de una perfumista filipina. "Además, abundando en el mismo tema -apunta-, tengo planeado escribir una obra de teatro sobre el Trienio Liberal".

De hecho, las escenas que se nos describen en Historias de La Pepa al derecho y al revés no se limitan al periodo de la Guerra de Independencia, sino que llegan hasta 1823, con la caída del Trienio Liberal y la implantación de la monarquía. Un abanico de tiempo que fue escogido de manera deliberada ya que "la Constitución de Cádiz tiene un recorrido tan importante como singular, y sólo puede entenderse su papel en la historia del país si conocemos su recorrido completo, su vida y su muerte", indica el escritor.

"La Constitución de Cádiz fue un texto que se juró dos veces, y que daría aliento al espíritu anti-reaccionario en España -comenta-. Pero hacemos una descripción del evento limitándonos únicamente a 1812 cuando, en realidad, el texto constitucional fue machacado. Ni siquiera la posterior insurrección liberal consiguió tener éxito, tan grande ha sido siempre el peso de los poderes fácticos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario