Artesanía entre metales y espejos

EDITADO EN HUELVA INFORMACION / JESUS CHAPARRO

 

Basándose en ideas originales e inspiradas en los paisajes de la Cuenca Minera, tan rica en coloridos y matices naturales, el artista de Minas de Riotinto, Juan Carlos Valle, ha realizado una serie de obras de artesanía, en la que aplica su imaginación valiéndose de materiales como desechos de talleres de chapas, tornillos, varillas de acero, tuercas y espejos rotos, que él pule y talla.

                             
Aprovechando la tierra y estériles de vacíes de la mina, Valle se abastece a su vez de un sinfín de colores diversos y poco vistos, que prepara, triturándolos a mano y mezclándolos hasta que encuentra el color que busca para su obra, acabándolos con un barniz que el mismo fabrica con polvo de la tierra.

Su colección, formada por esculturas y cuadros, ha visitados varias salas de exposiciones de la Cuenca Minera de Riotinto y actualmente se encuentra en el salón del Círculo Recreativo La Peña, en Minas de Riotinto. Una selección de obras, que consta de unas treinta piezas, donde destaca la creatividad de este joven artesano: malacates de minas, reproducciones de moto Vespa, Montessa, coches, minero picador, cantaor y guitarrista actuando, gitana, y una reproducción de un bar de Punta Umbría, Casa Manguara Playa, que el autor le dedica al grupo flamenco que lleva este nombre.

No faltan en su colección cuadros del río Tinto y marinas, entre otros paisajes, que interpreta el autor como amaneceres mineros, estos últimos conjugando espejos, chapas de colores y adornos de tierra molida de distintos tonos. (verde, azul y rojo, todos símbolos del mineral de la mina).

Valle es muy emprendedor. Cuando terminó sus estudios primarios, decidió, a muy temprana edad, con tan sólo 18 años, montar su propio negocio de carpintería metálica y calderería y hacerse autónomo, para lo que necesitó un permiso paterno especial, dada su juventud. Su inquietud y afán por hacer prosperar su nuevo negocio le llevó a completar su formación para un mayor perfeccionamiento en carpintería metálica y calderería, dibujo y proyección sobre chapas, y llegó a tener hasta a cuatro jóvenes a los que les enseñó el oficio de su taller.

Reconocido su talento en diseño creativo, y construcción de toda clase de trabajos específicos en calderería y carpintería metálica, llegó la crisis y este joven empresario agotó todos los recursos, tanto laborales como económicos, para salvar su empresa y al final no pudo soportar los débitos de muchos clientes, que aun hoy día no le han pagado, y se vio obligado a cerrar su taller.

Durante el tiempo que tuvo abierto su taller siempre estuvo formándose, dedicándose paralelamente, para satisfacer su amor por la tierra que lo vio nacer, a elaborar trabajos de artesanía para practicar su creatividad y se hizo con una magnífica y original colección, que puede ser el germen de una pequeña industria artesanal con sabor minero.