jueves, 26 de enero de 2017

Un microbio de Huelva (Cuenca Minera de Riotinto) para convertir en energía residuos de maíz de Colorado

EDITADO EN EL PAIS.COM POR DANIEL MEDIAVILLA.

La capacidad humana para transformar el mundo ha tenido resultados fascinantes, pero también se ha convertido en un problema con la generación de todo tipo de residuos. En los ecosistemas naturales, con seres menos ambiciosos y con menos inventiva que las personas, parece que todos los componentes encajan en un conjunto y entre todos aprovechan los ciclos de los materiales. Lo que para unos son residuos, para otros son valiosos recursos. Con esa referencia, los biotecnólogos trabajan para acercar a los humanos a ese ejemplo de economía circular.



Un ejemplo es el trabajo de la compañía Neol Bio, con sede en Granada (España). Conscientes de las grandes cantidades de residuos que produce la actividad agrícola, en forma de paja o de frutas y hortalizas no aptas para el mercado, se lanzaron a la búsqueda de microorganismos capaces de transformar esos desechos en algo con valor. José Luis Adrio, director científico de la empresa, cuenta que el microbio elegido fue una levadura que encontraron en Riotinto (Huelva). “Es un organismo que, igual que hacemos los humanos, cuando se alimenta, acumula el material de reserva en forma de grasas”, apunta. El 60% del peso de las células de esta levadura pueden ser aceites, algo muy interesante desde el punto de vista de la industria que los puede convertir en todo tipo de productos, desde lubricantes hasta cosméticos.

El motivo para buscar el organismo en Riotinto se debe a que hay un precursor común para la síntesis de aceites y carotenos, unos antioxidantes naturales. ”Pensamos que si íbamos a un sitio con condiciones de oxidación altas como Riotinto, era probable que pudiésemos aislar organismos que produjesen carotenos y que también fuesen capaces de acumular lípidos”, explica Adrio.

La levadura es capaz de aprovechar los azúcares que se encuentran en la paja del trigo o el centeno o en hortalizas como los pepinos o los tomates que tienen algún defecto y no se pueden vender. Según estimaciones que ofrece la propia compañía, el valor de los componentes básicos de los residuos de invernadero de Almería está en torno a los 30 millones de euros anuales. Es lo que se podría obtener de aprovechar los dos millones de toneladas de residuos vegetales que genera la agricultura en esa provincia.

Una vez seleccionado el microbio adecuado para este sistema de reciclaje, los científicos de Neol lo modificaron mediante la clonación de un gen para hacer que pudiese producir alcoholes grasos por fermentación. Estos compuestos químicos son más interesantes desde el punto de vista industrial. Una muestra de las posibilidades de esa levadura es la utilización de los alcohóles grasos que genera como aditivos para plásticos con los que obtener biopoliésteres. Con ellos, se elaborarían mallas para envasar los productos hortofrutícolas, un ejemplo de economía circular.

Tras la publicación del estudio en el que explicaban las posibilidades de su levadura, en Neol recibieron la llamada del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) del Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE) en Golden, Colorado. Su interés se debía a la gran cantidad de hojas y tallos de la planta de maíz que quedan como restos inutilizables de este tipo de cultivos.

Hay otras empresas que trabajan en este ámbito, así que Neol están centrando en optimizar el rendimiento y la productividad de la levadura, mejorando las cepas y las condiciones de cultivo. Dadas las grandes cantidades y el bajo precio que se necesitaría para utilizarlo como combustible, la posibilidad de utilizar este proceso para producir combustibles parece lejana. De momento, el escalado industrial podría llegar para productos que se pueden vender más caros y no requieren cantidades tan importantes como biolubricantes o incluso algunos productos con aplicación farmacéutica.




EDITADO EN ANDALUCIAINFORMACION.ES.


Aquí os dejo parte de la historia de los bisabuelos de mis amigos Pilar y Alfredo Moreno Bolaños; que es tambien parte de la historia, no ya de Riotinto, si no que tambien lo son de la de Huelva.


¡Hola!, me llamo María del Carmen Villadóniga Pérez, y soy nieta del conserje que estrenó la casa del guarda del Barrio Reina Victoria (Barrio Obrero para todos). Haré un poco de historia de aquel caballero, porque lo era, para que todos le conozcan mejor.

                      


Se llamaba José Villadóniga López, y venía de familia de pescadores, según nos comentaba a sus nietos. He visto fotografías muy antiguas de su familia coruñesa trabajando en telares de redes y rodeados de detalles marineros, siendo ese su arraigo.


Desconozco con exactitud su fecha de nacimiento, datándose, eso sí, en los comienzos del último tercio del siglo XIX, siendo motivo de comentarios por toda nuestra amplia familia.


Quizás a mi abuelo no le gustó aquella vida tan dura de la mar, y emigró a Cuba con poco más de diecisiete años. Se enroló en las milicias españolas que, en aquellos momentos, se encontraba luchando contra las revueltas cubanas, llegando a ser sargento.


Del conflicto cubano pasó automáticamente a la Guardia Civil ya en España. Era realmente atractivo mi abuelo vistiendo el traje de gala y montado a lomos de su caballo. Precisamente, en los almanaques que repartieron por los cuarteles de la guardia civil este año pasado desde la Comandancia de Huelva, descubrí a mi abuelo. La imagen está fechada en Riotinto en el año 1914, época de grandes convulsiones en mundo minero.


Visitó varios puestos y, en uno de ellos, conoció a mi abuela, Carmen Real Núñez, en la bella ciudad gaditana. Mi abuela era graciosa, pequeñita y muy rubia. Trilliza de dos hermanos, un tenor que emigró a América y otro pintor bastante bueno, destacó por su simpatía allá por donde iba.


Se casaron y tuvieron once hijos. Algunos de ellos se malograron, quedando siete hermanos solamente. Estuvieron destinados un tiempo en el Coto de Doñana, viviendo en el acuartelamiento que existía junto al Palacio Real y su cometido era la seguridad del monarca y séquito cuando descansaban allí durante la época estival.


Mi padre, que fue uno de los más jóvenes, nació precisamente en este idílico lugar, siendo apuntado y bautizado en Sanlúcar de Barrameda.


Siendo ya un poco mayor, y con hijas casaderas, se instaló en Riotinto, en la “Mina Abajo”, zona hoy desaparecida. Allí se retiró y pasó a vivir con toda su prole al “Valle”, un precioso pueblo minero unido con la mina, “Alto Mesa”. Los ingleses en aquel tiempo explotaban las minas con gran fuerza, me imagino que Bellavista, el barrio inglés por excelencia, estaría en todo su esplendor.


Los ingleses tenían en gran estima a mi abuelo, y lo hicieron guarda de las casas del “Valle”. Allí no existía la propiedad particular, sino que todo era propiedad de la compañía inglesa que explotaba la zona.


Poco después decidieron extenderse a Huelva y crearon los famosos Talleres de Riotinto, pero ello traía consigo la necesidad de tener viviendas para sus empleados. Este fue el detonante del nacimiento del Barrio Obrero a lo largo de la década de los veinte.


Todo iba muy bien, pero hacía falta un conserje, ya que la zona era de propiedad inglesa en su totalidad, y así lo atestiguaban las casas y el acordonamiento perimetral que existía, con grandes cancelas flanqueantes que te decían “No entres que no es español”, en referencia al espacio ocupado por el barrio en cuestión.


Los ingleses llamaron a mi abuelo y le ofrecieron el puesto de conserje. Aceptó inmediatamente, pues sus hijos iban creciendo y necesitando otros espacios más amplios, tanto para el estudio como de formación. Por aquellos entonces dos de mis tías mayores ya estaban casadas. Pilar se casó con un minero de Riotinto y Amalia con un guardia civil que conoció precisamente en el último destino en activo de mi abuelo.


Toda la familia se traslado a Huelva. Acondicionaron la casa del guarda, y el mismo rey Alfonso XIII le entregó las llaves del barrio a mi abuelo, según me cuentan mis familiares más longevos, en un acto que estará seguramente recogido en archivos y fuentes documentales de la época.


El barrio se llamó y se llama “Reina Victoria”. Durante algunos años su nombre estuvo cubierto, pero en la actualidad luce con todo su esplendor, esperemos que siempre sea así.


El catorce de febrero de este año, “Día de los Enamorados”, se inauguró en la querida casa del guarda un bar que lleva este mismo nombre. Está muy bonita y con un acondicionamiento realmente lindo, pero a mí me causó gran tristeza cuando la vi, pues mi mente no estaba en ese momento sino en otros pasados, donde veía a mis abuelos rodeados de niños y de los problemas propios que se vivían en aquellos tiempos.


Bueno, ya termino, no sin decir antes que tanto mis hermanos como yo nacimos en ese precioso barrio, ya que mi madre también residía allí. Su padre, o sea, mi abuelo materno, era uno de los encargados de esos talleres de Riotinto en Huelva, hoy ya en ruinas.


Desde estas letras le dedico a Valeria, la actual dueña de la casa de los abuelos, que todo le vaya muy bien, pero quiero que conozca los comienzos de todo para que la historia quede completa, una historia llena de recuerdos, pero ante todo, sentimientos.

martes, 3 de enero de 2017

La vida de Minas de Riotinto en la década de los treinta, a través de fotografías que ahora han sido donadas al Archivo Histórico Minero



EDITADO EN HUELVABUENASNOTICIAS 


La donación consiste en un álbum de gran formato que contiene 165 fotografías originales en papel, de distintas medidas en blanco y negro, aunque hay 2 fotos coloreadas y 4 postales en color.
Celebración en Bella Vista del Aniversario de la coronación de Jorge VII. 1937. En la primera fila con flor está Walter Stanley Tong.AHMFRT-Fondo Tong/132.


Recientemente en la “Victorian House”, muy cerca de su residencia en el pasado (Bella Vista nº 46), Peter Stanley Tong ha donado un álbum de fotografías históricas que serán integradas en el conjunto patrimonial de documentación en imagen que el Archivo Histórico Minero de Fundación Rio Tinto custodia para su difusión cultural y uso público.


No es la primera vez que Mr. Tong visita Rio Tinto, y no será la última, ya que Peter es uno de los ingleses nacidos en Minas de Riotinto y su añoranza recurrente le hace volver.


La historia de su familia en las minas se remonta a 1926 cuando su padre, Walter Stanley Tong nacido el 19-04-1899 en Bolton (Lancashire), llega con 27 años, contratado como topógrafo por la Rio Tinto Company Limited para trabajar en el departamento Corta Filón Sur. En 1933 fue nombrado jefe adjunto de Corta Atalaya y cuando fue clasificado como ingeniero de minas en 1935 fue nombrado jefe de Corta Atalaya. Su viaje de regreso a Inglaterra se produce el 10 de julio de 1955, cuando ya las minas son gestionadas por la Compañía Española Minas de Rio Tinto.


Llegó junto con su esposa Katherine Doris y tres años después de estar en Riotinto nace su primer hijo Michael (1-11-1929), y tres años después en el Hospital de Riotinto nace, el depositario de las fotos, Peter Stanley (23-11-1932).
Rocío Barrial y Peter Tong. 2016.


La familia Tong participó activamente en los actos sociales, culturales y deportivos de la comunidad británica de Bella Vista, como se puede comprobar en las fotografías digitales donadas. Escenas de fiestas en el English Club Rio Tinto, como las celebraciones de coronaciones de los reyes Jorge V y Jorge VI, celebraciones personales, jornadas de golf, actividades lúdicas, picnics, excursiones a Punta Umbría, al Zumajo, etc.,nos acreditan fielmente la vida social y familiar del staff británico de Riotinto.


Pero sobre todo las fotografías originales nos muestran fielmente el estado de los trabajos en distintas épocasen las cortas (Filón Sur, Atalaya y Filón Norte), instalaciones, edificios industriales y maquinaria (transportes, pozos, “scrapers”, perforadoras Cyclone, fundición, camiones Euclid, incluso el momento de la sustitución de excavadoras de vapor por eléctricas,almacenaje y clasificación en Zarandas para embarque, ferrocarril, descarrilos, trabajadores en faena (saneadores, perforadores, contineros, etc.), personal (Sánchez Mora, Julian, Drewitt, O’sullivan, Tong, etc.),pueblos, etc.


Tanto tiempo en Riotinto adquiere, además de un marchamo cultural, un bagaje sentimental que ahora Peter ha podido comprobar en su último viaje. Tras más de 70 años sin verla, pudo reencontrarse con la que fue la sirvienta de su familia en el barrio victoriano de Bella Vista allá en los años 30, doña Rocío Barrial, que a sus 88 años, cuatro mayor que él, recuerda “con añoranza todas sus experiencias con la familia británica como si el paso del tiempo no haya existido para ella”.
Malacate Pozo Guillermo. 1927. AHMFRT Fondo Tong/54.


La donación consiste en un álbum de gran formato que contiene 165 fotografías originales en papel, de distintas medidas en blanco y negro, aunque hay 2 fotos coloreadas y 4 postales en color. Algunas recortadas y formando composiciones. Las medidas varían desde muy pequeño tamaño 2,7x 4,1 cms. hasta composiciones grandes de 44×13 cms., siendola medida más usual la de 8,4 x 5,6 cms.


En cuanto a la cronología la mayoría son de los años 30, aunque hay algunas anteriores y otras posteriores coincidiendo con el periodo de estancia de la familia Tong en Rio Tinto hasta 1955.


Además también nos fueron facilitadas 647 fotografías en formato digital de menor calidad en cuanto a su resolución en bits, que incluye algunas de las fijadas en el álbum mencionado, pero sobre todo las de carácter familiar que no están incluidas como fotografías originales en el álbum.


Así pues estas imágenes de la vida personal y cotidiana en Bella Vista de esta familia, así como la visualización de los lugares del trabajo son imprescindibles para la descripción del patrimonio industrial.


La fotografía por tanto como instrumento de trabajo, se convierte en el documento más fidedigno para la captación de la realidad. Y como tal será un excelente aliado para documentar el patrimonio industrial, como testimonio tanto de los edificios e instalaciones arquitectónicas e ingenieriles,como de la vida cotidiana.